Y yo pregunto, ¿por qué se tiende a esta situación? ¿Tal vez el maestro se crea que quitándolo de ahí se quita un problema? Yo no lo sé, pero si creo que no es necesario sacar del aula a un niño que presenta unas características especiales, se tiene que hacer todo lo contrario, adaptar todo lo necesario para que él se sienta a gusto y vea que pertenece a su aula con sus demás compañeros y que en mayor o menor medida él puede hacer también lo mismo que sus amigos.
¿De qué serviría que todos fuéramos iguales y tuviéramos nuestras aulas llenas de niños completamente idénticos? La verdad que no serviría de mucho, la riqueza está en la variedad y diversidad, y al ser todos diferentes, todos nos enriquecemos de las personas de nuestro alrededor.
Nada de catalogar, etiquetar ni cosas por el estilo, con eso solamente traeremos a la vida del niño cosas negativas y no es lo que se pretende, evidentemente. Tenemos que ser unos profesionales en toda regla y ésta sabemos todos que no es la forma de actuar.
Si nos paramos a pensar por un momento en, si son los propios maestros los que hacen esas distinciones, sería muy normal que luego sus compañeros también las hicieran ¿no? Y si seguimos la línea, también las harían los padres de sus compañeros, y así sucesivamente, sería el típico círculo vicioso en el que no se debe caer, o más bien dicho crear.
¡Nadie es nadie para hacer este tipo clasificaciones!
